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domingo, 9 de diciembre de 2012

A la noche desbocada.

A la noche desbocada
Salí uno y taciturno
Consumiéndome en mis males
Sin la gente remilgada

Envestido de derrota 
Con la tez ornamentada
Por las llagas del espanto
Del atisbo hacia la nada

Por los surcos caminaba
Dando vueltas en mis fueros 
Con el sueño como un muerto
Y el cemento en mi garganta

En la plaza de concreto
Los aullidos reverberaban
Entre el tiempo y los cristales
El dolor y la esperanza

El final ineluctable
Era el astro que asomaba
Pero el poeta triste y solo
¡Acezante aún andaba!

Raymundo Orihuela