Dentro mío
hay una sordera
que se espanta
como un gato
cuando toso
Luego
nada existe
solo el temblor
interior del alma
Es la noche
que se empuja
dentro mío
en mis ojos
como ventanas
obnubiladas
Que se ciernen
como navíos
desamparados
en el tiempo
de la sed y
el abandono
Son las luciérnagas
y liturgias
sin sentido
remedando
el almanaque
de la muerte
Raymundo Orihuela